Can Ángel es uno de esos lugares que se mantienen impasibles al paso del tiempo; al bajar sus empinados escalones nos encontramos con un lugar que emana historia por todos los rincones.Las viejas sillas, las innumerables pinturas que adornan las paredes y cómo no su esplendorosa barra, nos recuerdan constantemente sus más de 47 años de vida. Fue Ángel, padre del actual propietario también llamado Ángel, quien abrió las puertas de este local a mediados de los años sesenta para saciar el hambre y la sed de los vecinos de la calle sant Jaume, pero también de los turistas que en esos años ya empezaban a llegar a borbotones a la isla.

Actualmente la oferta del Can Ángel ha variado poco y consta básicamente de excelentes desayunos por la mañana a base de bocadillos y coca de trampó casera, menú a precio popular al mediodía, y ya por la noche presume de ser uno de los mejores bares de la isla para tomarnos una pomada, que podemos acompañar con un futbolín o un billar. Otra cosa curiosa es que la edad del público desciende a medida que las horas aumentan.

Fuentes:

http://ultimahora.es/mallorca/ocio/bar/can-angel.html