En el Imperio Romano primero fue considerada una secta y fue perseguida.
Los cristianos se reunían de manera clandestina en dos lugares:
- tituli: pequeños espacios adaptados al culto dentro de casas particulares
- catacumbas: cementerios subterráneos no exclusivos del cristianismo, formados por galerías donde se ubicaban los nichos.
El año 313 D. C., el emperador romano Constantino legalizó el cristianismo al promulgar el Edicto de Milán y se convertía también al cristianismo.
En este momento los adeptos al cristianismo se multiplicaban y los anteriores recintos se quedaban pequeños. Los cristianos eligieron la basílica romana de entre todos los edificios existentes en Roma debido a sus dimensiones y estructura, para convertirlo en templo cristiano y la adaptaron a sus necesidades.
A parte de la basílica los primeros cristianos desarrollaron:
- mausóleos: para albergar la sepultura de personajes importantes en la religión
- martyria: para recoger y adorar las reliquias de los santos y los mártires
- baptisterios: donde se bautizaba a los fieles por inmersión